La tierra roja y el mar turquesa acariciando paisajes salvajes han sido la inspiración en esta finca menorquina.
La renovación y ampliación de esta finca la realizó el prestigioso estudio de arquitectura Atelier du Pont. Conservando el espíritu del lugar y la sensación de estar en solitud. Los espacios, las líneas y los colores reflejan el arte de vivir con la naturaleza. Para crear una sensación muy orgánica, se trabajaron mucho las curvas, sobre todo en las puertas de madera de iroko y las aberturas arqueadas. Se aumentó la altura de los techos para crear una sensación más suave, y todas las circulaciones del espacio de 300 m² se han diseñado para que fluyan a la perfección. La continuidad entre los espacios es una verdadera fuente de bienestar.
Una de las estancias más particulares es la cocina, hecha de tres mil azulejos de cerámica de color amarillo hechos a mano que cubren la encimera y la isla central de la cocina.
Lo más importante para la renovación, además de una gran cocina, son los cuatro dormitorios con acceso directo a su propia terraza, un hammam, una piscina y un uso generoso de materiales naturales.
La hermosa carpintería ha sido realizada a medida por artesanos locales. Lo mismo ocurre con parte del mobiliario, que combina a la perfección con piezas más contemporáneas.
Además, varias edificaciones agrícolas quedan aún sin reformar, pudiendo realizar su modificación al tener ya licencia para ello.